INGREDIENTES
- 210 g de harina de fuerza
- 90 g de maizena
- 100 g de espinacas congeladas
- 1 cucharada de aceite
- 2 huevos
ELABORACIÓN
- Calentar las espinacas en agua hasta que se descongelen. Una vez listas, colar en un colador y dejar escurrir, apretando un poco para que pierdan la mayor cantidad de agua posible.
- He utilizado espinacas trituradas, pero si son enteras, han de triturarse. Cuando estén bastante pequeñas, separar 70 gramos y hacerlos puré.
- Cuando tengamos el puré, lo mezclamos con la harina, la maizena, el aceite y los huevos hasta que formen una masa que deje de pegarse a las manos.
- A continuación, lo envolvemos en un film transparente y lo dejamos reposar unos 15 minutos en la nevera.
- Pasado el reposo, tomamos la mitad de la masa y, sobre una superficie enharinada, la estiramos un poquitín con el rodillo.
- Después, la vamos pasando por la máquina de pasta por la separación más gorda. cuando acabemos, echamos un poco de harina por los dos lados y doblamos cada lado hacia el centro y, luego a la mitad.
- Después, volvemos a pasar por la máquina colocando los extremos sin doblar sobre los rodillos.
- Repetimos los pasos 6 y 7 hasta que tengamos una masa lisa.
- Cuando esté ya lisa, comenzamos a estrechar los rodillos. Pasando una vez la masa por cada uno de los niveles. Depende del grosor que queramos darle a la pasta, pero lleguemos al que lleguemos no debemos de saltar niveles. Mi máquina va del 1 al 7, el grosor que más me gusta es el 6, pero depende de la máquina.
- Si vemos que la masa se pega, ir poniendo harina por ambos lados.
- Una vez que tengamos la masa estirada, podremos hacer la pasta que deseemos.
En esta ocasión hemos hecho ravioli rellenos de queso de cabra y pimiento caramelizado: ver receta.
¿Quieres ver más recetas de los participantes en Desafío en la Cocina? Pincha aquí |
No hay comentarios:
Publicar un comentario