INGREDIENTES
- 100 g de masa madre activada con hidratación 100%
- 400 g de harina de trigo (proteína 10.4)
- 1 cucharadina de café de sal
- 140 ml de agua
- 50 ml de vino blanco
- 50 ml de caldo del relleno (si no lo tuviéramos, lo sustituiríamos por agua y un chorrín de aceite)
- Para el relleno, podéis ver ideas aquí.
ELABORACIÓN
- Amasar todos los ingredientes. Yo los he mezclado con una cuchara de amasar. No es necesario que quede una masa suave y elástica.
- Dejamos la masa en un bol tapada hasta el día siguiente.
- Precalentamos el horno a 250º.
- Tomamos la masa para formar la empanada. La dividimos en dos trozos, uno ha de tener un poco más de masa, para formar la capa de abajo.
- Estiramos la capa de abajo y reservamos.
- Estiramos la capa de arriba y reservamos. Para que el manejo sea más sencillo, lo he hecho sobre un papel de horno, así no se queda pegada y, además, podemos moverla con facilidad.
- Colocamos el relleno sobre la capa de abajo dejando unos tres centímetros sin relleno.
- Tapamos el relleno con la otra capa.
- Cortamos la masa sobrante de los bordes (que si queremos utilizaremos para decorar la empanada).
- Sellamos bien los bordes enroscándolos sobre sí mismos y presionando con el dedo.
- Por último, decoramos la empanada, pinchamos en distintos sitios la masa para que pueda salir el vapor y pintamos con aceite.
- Colocamos la empanada sobre el papel de hornear en la base del horno y bajamos la temperatura a 200.
- Dejamos cocinar durante 10 minutos.
- A continuación, colocamos la empanada en la rejilla y, si podemos, le quitamos el papel de hornear.
- Cocinamos durante 20 minutos o hasta que veamos que la superficie toma color.
- Por último, si no pudimos quitarle el papel de hornear, se lo quitamos ahora y dejamos la empanada sobre la rejilla dentro del horno apagado con la puerta un poco abierta.
- Podremos comer la empanada caliente o fría.
- Si nos sobra algún trozo, puede congelarse sin problema. Además, podemos recalentarla para que vuelva a quedar la masa más crujiente.