Cubrir las almejas con agua fría con un puñado de sal. Dejarlas durante media hora para que suelten la arena.
Mientras tanto, picar la cebolla bastante pequeña y el perejil.
Poner tres cucharadas soperas de aceite en una sartén y, a fuego lento, pochar la cebolla durante unos diez minutos.
Cuando pase el tiempo de remojo de las almejas, escurrirlas y colocarlas en un cazo a fuego fuerte durante unos cuatro minutos. Estarán hechas cuando se vea que las almejas están abiertas.
Echar el perejil a las almejas, revolver y apagar el fuego.
Añadir la harina a las cebolla y revolver durante unos segundos, después, añadir también el pimentón y revolver.
Tomar esa mezcla y echarla sobre las almejas, revolver y cocinar durante cinco minutos a fuego medio.
En caso de que quede muy espeso, puede añadirse un poco de agua y revolver.
Poner un litro de agua a hervir con un poco de sal, el azafrán y las espinacas. Más o menos a los diez minutos, retirar del fuego y triturar con la batidora.
Mientras tanto, pelar y picar la cebolla, el ajo y la zanahoria. Pochar con el aceite, la guindilla y 30 g de mantequilla.
Cuando comience a estar transparente, retirar la guindilla (si no se quiere muy picante), añadir los champiñones picados y rehogar unos minutos, subir el fuego al máximo, añadir el arroz y revolver durante dos minutos.
A continuación añadir el vino. Revolver durante un minuto.
Después poner a fuego medio e ir añadiendo poco a poco el caldo que hemos hecho con las espinacas. Revolver sin parar.
Apagar el fuego. Añadir la mantequilla restante, la pimienta y el queso (reservando un poco para espolvorear al final), y revolver.
Cuando el arroz esté listo, lo serviremos espolvoreado un poco de queso.